jueves, 6 de marzo de 2008

Alcalde... ¡Gracias!

(Esta poesía la escribí hace 22 años, cuando murió el insigne Alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván)

Hemos perdido al Alcalde.
Hoy Madrid está de luto.
Aquél que sembró su vida
para dejarnos el fruto.

Hiciste de una gran urbe
un lugar de convivencia,
un lugar alegre y vivo.
¡Gracias por tu gran herencia!
Tu recuerdo nunca muere,
tu labor es perdurable;
has sido para Madrid
un hombre honesto y amable.
Has jugado con los niños,
sufrido con los ancianos;
has conseguido que todos
nos tratemos como hermanos.
Nos preparaste mil fiestas,
verbenas y grandes ferias.
¡Enhorabuena, Maestro,
porque tu labor fue seria!

Has dejado de existir
y ahora eres materia inerte.
Cuando menos lo esperabas
te sobrevino la muerte.

Enrique Tierno Galván,
figura de nuestro mundo,
has dejado en tu Madrid
un vacío muy profundo,
que nadie podrá llenar;
nadie llegará a tu altura.
Tu gestión en la ciudad
ha sido sabia y madura.

Se está llorando tu muerte
en el Pueblo madrileño,
en todas partes de España
e incluso en el extranjero.
La pena que nos embarga
será suplida al saber,
que tu espíritu cordial
jamás vamos a perder.
A pesar de tu humildad,
puedes estar orgulloso
por hacer de tu ciudad
algo bonito y hermoso.

Enrique Tierno Galván...
enriqueciste la vida,
enterneciste a la gente,
galvanizaste la Villa.

Viejo profesor, amigo;
entrañable luchador;
no tenemos tu presencia,
pero sí tu gran labor,
al frente de éste, ¡tu Pueblo!,
de esta Villa de Madrid.
¡TE QUEREMOS NOBLE ALCALDE!
¡TODOS LLORAMOS POR TI!

lunes, 3 de marzo de 2008

La Rosa y el Pájaro

Hubo una vez una rosa,
que rebosaba de amor;
tanto dio a sus semejantes
que un día sin él se quedó.
La flor se fue marchitando,
iba perdiendo el color,
iba perdiendo su vida,
se le acababa el calor.

Pero pasó un pajarillo
sobrevolando el jardín,
y vio la rosa marchita
que ya llegaba a su fin.
¿Por qué te mueres, rosita?
¿Acaso no eres feliz?
¡Claro que sí, pajarillo,
porque a muchos mi amor di,
y dando amor no se puede
ni estar triste ni sufrir;
pero me hubiera gustado
que algo me dieran a mí!

El pájaro, emocionado,
lágrimas dejó caer
sobre la rosa marchita
que a todos supo querer.
La rosa se fue cubriendo
con las lágrimas del ave,
que trinaba dolorosa
sus cánticos en el aire.
Cuando más fuerte cantaba,
el pájaro se calló,
viendo que la rosa hermosa
pájara se transformó;
y ésta le dijo al oído:
"me has demostrado tu amor;
yo siempre dí mi querer
y el suyo nadie me dio,
pero tú si me los has dado,
tú si me has dado tu amor
y, a partir de este momento,
te entrego mi corazón."

domingo, 2 de marzo de 2008

Tus Ojos

¿Quién pudiera resistirse
al encanto de tus ojos,
hechiceros y profundos,
cálidos, puros y hermosos?

Ojos que claman ternura,
ojos que piden calor;
incandescentes luceros
que rebosan esplendor;
elegantes, expresivos,
hermosos en su exterior;
únicos, excepcionales,
humanos en su interior.

Con tan sólo una mirada,
me hechizan embriagadores,
tus electrizantes ojos
lascivos y seductores.

En ellos busco tus penas,
tus sufrimientos, tus llantos;
en ellos busco el motivo
de tus constantes quebrantos.
¿Qué tragedia ocultarán
esos translúcidos ojos,
cuando se muestran perdidos,
cuando se encuentran llorosos?

Un rayo de luz provoca
la contracción de tus niñas;
un rayo de luz intensa
que despierta tus pupilas.
Ese rayo poderoso,
no es otro que mi pasión,
que penetra por tus ojos
camino del corazón.

Introducción

Quisiera ir poniendo en este blog todas las poesías que he ido escribiendo desde que el amor y el desamor se instaló en mi azarosa vida. No soy, como podréis comprobar, un artista de la pluma, ni de la rima, ni de la métrica... ni tan siquiera por asomo, pero quiero dejar constancia de los sentimientos que han ido dejando huella en mi existencia a través de algunos poemas (o al menos así me permito llamarlos).
Hasta ahora han estado guardados en un cajón y, solamente, la persona a quien se lo compuse y yo mismo, sabemos de su existencia. De repente, he querido compartirlos con quienes quieran leerlos.
Muchos de ellos son poemas de adolescencia, de juventud, de madurez... pero todos ellos están escritos desde lo más profundo del corazón; de hecho, casi todos los originales, tienen restos de lágrimas en el papel. Todavía hoy, me emociono al leerlos.
Imagino que no todos vosotros sentiréis lo mismo al leerlos; dependerá de vuestro estado de ánimo, de las vivencias (parecidas) que hayáis tenido, de la predisposición a su lectura, etc.
Las publicaré sin orden, es decir, no guardarán cronología entre ellas, ya que muchas no tienen fecha.
En definitiva, he querido crear un pequeño rincón para toda la poesía que, desde muy joven, he llevado escrita en mi corazón.